Fantasías Sexuales y Masturbación
Gran parte de la sociedad contemporánea y muchos líderes de la Iglesia han sido persuadidos a creer que las personas somos esencialmente seres sexuales y que tenemos el derecho de expresarnos sexualmente. Nosotros, por el contrario, sostenemos que somos esencialmente seres espirituales y que nuestra sexualidad es sólo una parte de nosotros: un deseo y una habilidad otorgados por Dios para relacionarnos con el sexo opuesto en una forma que lleva al amor, al matrimonio y a la familia.
La cristianidad de hoy está aprobando cada vez más las fantasías sexuales y la masturbación como prácticas comunes; este es uno de los resultados que trae el aceptar el concepto de que somos seres sexuales. Nosotros, en el ministerio LIFE, hemos aconsejado a cientos de personas que han tenido toda clase de dificultades emocionales y para relacionarse con otros. Por eso queremos compartir con ustedes algunas de las cosas que hemos descubierto con respecto a las fantasías y la masturbación.
Nosotros creemos que las fantasías sexuales son una falsificación satánica del plan de Dios. Se introducen en nuestra mente para distraernos de la visión que Dios tiene para con el o ellas en Su Reino. Es de gran importancia que advirtamos acerca de los efectos dañinos que causan las fantasías. Si permanecemos en las fantasías, el diablo mantiene nuestras mentes en un estado de irrealidad que nos puede causar daño. Estas son herramientas de Satanás para mantenernos en adicción. Él quiere que escapemos a lugares placenteros donde no hay riesgos ni responsabilidades.
Algunos maestros cristianos no sólo están siendo engañados con respecto a las fantasías y la masturbación, sino que también están enseñando que estas prácticas pueden ser positivas y hasta inofensivas. La revista Christianity Today publicó en su edición del 2 de octubre de 1987 un artículo titulado “El Sexo Admirable”: revindicando la ética sexual cristiana”, Tim Stafford escribió:
“Las fantasías pueden estar relacionadas con malos deseos, pero también pueden estar relacionadas con buenos deseos. Pensar en nuestra sexualidad es una de las maneras en que llegamos a conocernos sexualmente. Todas las relaciones humanas tienen un componente sexual del cual estamos más o menos concientes, y estas forman parte del placer de disfrutar la creación divina. No deberíamos condenar todas las fantasías sexuales.”
Por las siguientes razones, creemos que esta forma de pensar es extremadamente nociva: Primero, el autor no distingue entre pensar en la actividad sexual y fantasear con la actividad o deseos sexuales. Una cosa es si la persona está comprometida para el matrimonio y piensa en el gozo de convertirse en una sola carne con su pareja pero no vive ni lleva a cabo el acto mentalmente, y otra cosa distinta es llevar a cabo el acto sexual en nuestras mentes hasta su conclusión lógica.
Consideramos que toda fantasía relacionada con el sexo es perjudicial porque lleva la tentación sexual o deseo hasta el mismo acto. Y aunque no se convierta en un acto sexual, los pensamientos son vívidos y aumentados. Vivir en la sociedad moderna tiene aspectos muy estimulantes, es por ello que necesitamos enseñar la verdad acerca de las fantasías y como mantener nuestras mentes puras.
Segundo, las fantasías producen falsas expectativas, las cuales no pueden cumplirse en la realidad. Esto causa un sentimiento de desilusión o bien de comparación de la irrealidad con la realidad. Una unión sexual saludable que lleva al placer total con la pareja requiere una gran concentración así como compromiso emocional y físico. Las fantasías debilitan la habilidad para concentrarse en el acto y en la persona que amamos, y desvía la mente de lo que se está experimentando para llevarla a comparar con la experiencia fantaseada. Si la experiencia real no está a la altura de la fantasia, se cae en la desilusión y hasta en la depresión.
Al tratar las fantasías relacionadas con la homosexualidad, creo que necesitamos prestar atención a las advertencias de Watchman Nee en “El hombre espiritual”: la gente tiene que reconocer la diferencia entre las imágenes a todo color de actividades pecaminosas las cuales nos tientan, puestas por Satanás, y las fantasías que nosotros desarrollamos a partir de un pensamiento o un estímulo para luego crear una película mental de perversión.
La primera es satánica y debe ser deshechada: el diablo la pondrá en nuestra mente para luego tentarnos con una culpa falsa. La segunda no es satánica sino que es el producto de nuestra lujuria y esta sí es pecado; de esta debemos arrepentirnos y apartarnos. Al principio puede parecer difícil pero encontraremos fuerzas en la Palabra de Dios para ejercitar la voluntad.
Para tratar tanto la homosexualidad como también la compulsión de fantasear, necesitamos llegar hasta la raíz emocional que provoca la fantasía. Algunas veces, es un espíritu de rebelión o venganza en contra de los padres que está reprimido tan profundamente que la persona no es conciente de ello. La consejería y la oración son necesarias para sacar estos espíritus a la luz, confesarlos y empezar a relacionarnos sanamente con nuestros padres.
En otros casos, usamos las fantasías para escaparnos de las responsabilidades o de un ambiente hostíl en el hogar o en el trabajo. Cuando es así, necesitamos orar por la intercesión de Dios sobre la situación específica. También debemos pedirle que saque toda influencia maligna y que haga nuestros corazones más sensibles a las necesidades mutuas. Así, a medida que la tensión cesa y las relaciones se fortalecen, el deseo de escapar cesa también y las fantasías ya no constituyen un problema. Se ven grandes resultados cuando se ora así.
Las fantasías pueden producirse porque se han cultivado y estimulado en forma habitual. Algunas de las personas con quienes trabajamos han roto el poder de las fantasías a través de distintas clases de ayunos: ayuno de televisión, ayuno de revistas, ayuno de comida o cualquier otro estímulo que llame a la carne. Necesitamos poner la carne bajo el dominio del Espíritu.
Las fantasías pueden ser también parte de un sentimiento de autocompasión que nos dice: “Te lo has ganado; después de todo, te han lastimado y privado de tanto…”. O, también nos dice: “Nunca tendrás una pareja, así que será mejor que te conformes con lo que puedas conseguir”. Pero nosotros insistimos en que tú te mereces lo mejor que Dios tiene para ti. No te conformes con las migajas cuando hay un banquete para ti. Si sientes lastima de ti mismo, es tiempo que hagas una lista de las bendiciones que Dios ha derramado sobre ti y le des gracias por ellas. La autocompasión es una trampa que nos mantiene activos en el pecado.
A veces reemplazamos el trabajo que nos lleva a obtener lo que realmente deseamos por las fantasías. Esto demuestra que no estamos creciendo: Queremos que alguien lo haga por nosotros, que alguien haga nuestra labor. Pero Dios no nos quita los deseos homosexuales asi por así y cuando no lo hace, nos enojamos y fantaseamos con aquello que deseamos.
Aislarse en un mundo de irrealidad no es la solución y es muy peligroso. Para cortar con esto, debemos agradecer voluntariamente a Dios por sus bendiciones y recordarnos constantemente a nosotros mismos que Él no nos va a fallar. Debemos entender que el Señor trabaja a Su manera y a Su tiempo, no al nuestro. Vivimos en una sociedad que nos ha programado para recibir gratificación al instante y nosotros estamos muy dispuestos a ser programados. Generalmente, Dios no trabaja a través del cambio instantaneo sino a través del crecimiento.
Muchas veces, las fantasías son desencadenadas por problemas económicos o cualquier situación en la cual nos sentimos indefensos: por ejemplo, perdemos las llaves o no encontramos lo que buscamos y rapidamente nos sentimos oprimidos por la frustración y la culpa y hasta nos preguntamos: “¿para qué vivo?” Es entonces cuando queremos que “alguien” nos rescate de la situación y nos lleve a un lugar placentero. Este lugar es provisto por las fantasías. El querer escapar a lugares donde todo es placer y paz es lo que constituye la esencia de la adicción.
Las fantasías son una pérdida de tiempo precioso que podría ser usado productivamente y el daño es mayor cuando las imágenes de lujuria toman el color de la pornografía. Por eso creemos que debe haber oración para sacar los espíritus de lujuria e irresponsabilidad y reemplazarlos por el espíritu de santidad, responsabilidad y dominio propio.
No se puede medir el daño que produce la pornografía en la persona — “los ojos son la puerta del alma”. La pornografía inyecta veneno en la mente, emociones y en el espíritu. Tiene cualidades extremadamente demoniácas y compulsivas. Las imágenes tienen tal impacto sobre el delicado espíritu que Dios creó que traumatizan y despiertan imágenes sucias en la mente. Estas pueden quedar almacenadas allí por años si la persona no se arrepiente o si no es ministrada por alguien que sepa limpiar esta basura.
No podemos afirmar lo importante que es que apartemos nuestros ojos de toda desnudez, actos sexuales, peliculas pornográficas, degradación de hombres y mujeres, deshumanización, brutalidad e imágenes sangrientas. Debemos evitar toda imagén de sensualidad y perversión así como películas “raras” o satánicas.
A continuación, queremos compartir con ustedes las lecciones que hemos aprendido ayudando a la gente a librarse de la pornografía:
1 – Confesar nuestra inclinación por la pornografía como pecado y arrepentirnos de ella. Consiguete alguien a quien rendirle cuentas y con quien compartir diariamente.
2 – Saca todo espíritu de lujuria, perversión y pornografía. Por medio de la oración, limpia tus ojos y tu mente con la sangre de Cristo.
3 – A veces, habrá que ir a el hogar y pedir en oración por limpieza y liberación. Unja las puertas con aceite.
4 – Algunas personas tuvieron que deshacerse de sus televisores y video grabadoras hasta que fueron liberados. Tira a la basura toda revista, libro, disco o video que contenga material pornográfico.
5 – Si las imágenes persisten, llévalas mentalmente a los pies de Jesús para que Él te redima y limpie tu mente.
Nuestra experiencia nos dice que la pornografía posee un poder muy fuerte para mantener a la persona atada. Algunos hombres y mujeres que fueron esclavizados por años, hoy son completamente libres por el poder de Jesús. Es una batalla que tenemos que librar, pero hay victoria.
La masturbación es otra práctica sobre la cual existe controversia en la Iglesia. En el artículo sobre sexualidad que publicó la revista Christianity Today había una cita que era particularmente retorcida y decía lo siguiente: “Si la gente pudiera voluntariamente dejar de masturbarse, nadie podría reconocer sus beneficios; pero ya que tantos son los que no pueden dejar de hacerlo, la pregunta es si la masturbación es realmente mala”. Este triste comentario pone de manifiesto la ignorancia de la Iglesia con respecto a la adicción. ¿Quiere decir que si no podemos dejar de hacerlo está bien? ¡Dios nos libre de enseñar esto!
Queremos dejar en claro que sabemos que esta es una práctica nociva y que debe ser dejada. Pero también queremos decirles a los consejeros que trabajan con personas que están saliendo de la homosexualidad que sean pacientes porque este hábito es generalmente el último en ser dejado. Es una práctica tan accesible y personal, pero también es vergonsoza para muchos. De cualquier forma, la meta debe ser siempre la liberación total de esta atadura. Esto es posible ya que muchos de nosotros lo hemos logrado.
Empecemos por considerar la función para la cual los órganos sexuales fueron creados. Creemos que fueron hechos por Dios para la unión placentera de un hombre y una mujer, unidos en matrimonio, que forman una sola carne; para expresar su amor y ser bendecidos con hijos. Las lecciones que fluyen de esta unión son indiscutibles como las lecciones acerca de la unidad espiritual que leemos en Juan 17, la semilla inperecedera plantada en nuestro espíritu, en I Pedro 1; la novia y el novio, tan bellamente relatado en Efesios 5 y la nueva creación, en II Corintios 5:17.
Si comenzamos a usar nuestros órganos sexuales para reducir presiones, para aliviar tensiones sexuales o aún para “explorar nuestro cuerpo sexualmente”, como lo sugiere el artículo de la revista Christianity Today, no le estamos dando el uso para el cual fueron creados. Este uso es peligroso y no es el propósito de Dios para nosotros. Tenemos que recordar que el sexo no es el centro de nuestras vidas y debemos reservar la unión sexual para el matrimonio.
Aquellos que deciden permanecer solteros deberían orar pidiendo la gracia adicional del dominio propio para poder mantenerse castos y puros. Nuestra elección debe ser el utilizar el sexo para servir el propósito para el cual fué creado. Es posible vivir sin sexo; los deseos de la carne pueden ser controlados si ejercemos nuestra voluntad sobre ellos.
Podemos pedir a Dios que nos guarde para el matrimonio y Él así lo hará. Pero no deberíamos pedirle que nos quite nuestra sexualidad porque no conocemos sus planes para con nosotros. Muchas personas han conseguido la curación de emociones que estaban lastimadas y están libres para casarse. Además, le podemos pedir a Dios control propio sobre nuestros deseos sexuales para mantenernos puros, castos y aún completos como personas.
Una enseñanza correcta en esta área es imprescindible, de otra manera habrá personas que pensarán que sus emociones heridas, las que bloquean su sexualidad normal, son en realidad “el don del celibato”. Muchas son las monjas y sacerdotes que han entrado a la vida del celibato sin haber sanado sus emociones heridas.
Quisiéramos mencionar ahora la conección que existe entre la masturbación y las emociones que fueron lastimadas. Hemos encontrado que en los patrones adictivos, siempre está el factor de las emociones que han sido guardadas o reprimidas están siempre presentes y han formado una “olla a presión”: un lugar donde los sentimientos pecaminosos que no han sido resueltos se están cocinando.
Esto llevará a la persona a actuar repetidamente en formas no deseadas. Muchas veces, estos son sentimientos dolorosos que las personas no quieren enfrentar, entonces usan la masturbación como una anestesia para adormecerlos. Al proceder así, la persona no trabaja sobre los sentimientos que necesita resolver ni reconoce la conducta pecaminosa que ha desarrollado y de la cual necesita arrepentirse.
Entonces decimos que la masturbación no es una solución temporal hasta que se logra la liberación total. Es, por el contrario, una trampa que bloquea el camino hacia la libertad de nuestra sexualidad y a la que se le tiene que dar la espalda. Sin embargo, los líderes de la Iglesia no deben condenar a quienes padecen el problema. Toma tiempo y esfuerzo poner a la carne bajo control. Los recursos y principios para las fantasías también se aplican a la masturbación ya que generalmente van de la mano.
Hemos visto más y más, a medida que el SIDA avanza, que las relaciones homosexuales se han convertido en masturbación reciproca o sexo por teléfono: esto es masturbarse mientras se habla eróticamente por teléfono. Es muy peligroso excusar la masturbación en este contexto.
Y quisiera alertar a los consejeros que existen conecciones demoníacas en toda práctica homosexual. El sexo por teléfono es una enorme red de parejas homosexuales a las cuales se tiene acceso por teléfono, y mezclan lo oculto con cantos diabólicos o encienden velas a Satanás mientras se masturban.
Muchos seguidores de la Nueva Era están divulgando su religión por medio de esta red. Hemos tenido noticias de orgías homosexuales en masa en un almacén de Los Angeles que se llevaban a cabo mientras se recitaba el mantra de la Nueva Era. A los pacientes de SIDA se les aconseja el uso de cristales o el Reiki para curarse. Estas son técnicas que provienen del ocultismo y son satánicas.
Por supuesto que los bares, casas de baños y cines frecuentados por “gays” están llenos de influencia demoníaca. No podemos ignorar la gran red demoníaca de conecciones homosexuales. Los cuerpos intercambian espíritus demoníacos con cada acto sexual. Esto tiene que ser tratado por la iglesia. No podemos ignorar la necesidad de liberación.
El hecho de que la masturbación no es específicamente mencionada en la Biblia no es razón para practicarla. Masturbarse es tener relaciones sexuales con uno mismo y esto nunca fué la intención de Dios. Debemos trabajar a nivel espiritual para mantener la pureza de nuestro cuerpo. Nos sentimos aislados por que tratamos de formar una sola carne con nosotros mismos y esta no es la unidad que la Biblia manda.
C.S. Lewis escribió un pensamiento muy revelador acerca de la masturbación:
“A mi parecer” – dice él – “lo malo de la masturbación radica en que toma un apetito que, usado correctamente, saca al individuo de sí mismo para que realice (y corrija) su propia personalidad con otro (y finalmente con sus hijos y hasta con sus nietos) pero en cambio le da vuelta; manda al individuo de vuelta a la prisión de sí mismo, allí donde mantiene un harén de amantes imaginarios.
Este harén va absorviendo al individuo impidiéndole unirse a una mujer real, ya que en este harén, siempre accesible y dispuesto a servir, no existen sacrificios ni compromisos y puede ser revestido de tal atracción erótica y sicológica que ninguna mujer real puede igualar. Entre estas novias que permanecen en las sombras, él es siempre adorado y es el amante perfecto.
No hay reclamos por su desinterés ni son una amenaza a su vanidad; y al final, se convierten en el medio por el cual él se adora cada vez más. De esta forma, no sólo se ve afectada la capacidad de amar, que queda inactiva y guardada, sino que también se ve afectada la imaginación.
A mi modo de ver, la imaginación tiene dos funciones: primero, ayudarnos a entender a otros y segundo, producir o relacionarnos con lo artistico, por lo menos para algunos de nosotros. Sin embargo, también puede dársele un mal uso: pedirle que nos provea de falsas virtudes, éxitos, méritos, logros, etc; cosas que deben ser buscadas afuera, en el mundo real. Es como pasarse la vída imaginando qué hariamos si tuvieramos dinero en vez de trabajar y ahorrar.
La masturbación abusa de la imaginación en cuestiones eróticas lo cual, opino, es malo y por lo tanto provocará un abuso similar en todas las esferas (de la imaginación). Después de todo, nuestros mayores logros deben salir de dentro nuestro, salir de la pequeña y oscura prisión en la cual hemos nacido.”
Para ser liberados de la masturbación, es vital recordar que cualquier cosa que consideremos más poderosa que nosotros nos mantendrá en un estado de adicción. Seguiremos diciendo: “No puedo controlarlo”, y nos odiaremos cada vez que lo hagamos. Nos sentiremos impotentes para superarlo. Este reacción proviene de un sentimiento de la niñez en el cual la persona se sintió atrapada y desprotegida.
Debemos comenzar hablando la verdad que dice: “Con la ayuda de Dios todo es posible”. Pero repetir este versículo una y otra vez como amuleto contra la masturbación es el uso incorrecto de las escrituras. Declarando las escrituras y creyendo que Dios le está ayudando, y con Él ayudando, todas las cosas son posibles. A través de esto usted tendrá poder real sobre la masturbación.
Pero allí no termina todo, todavía hay que combatir la carne. El poder de la masturbación (sirve) para aislarlo, derrotarlo y mantenerlo culpable, y solo cuando usted sabe que Dios lo está ayudando puede realmente ser libre. Es un paso de Fe el que dice, “La masturbaciión no es mas una opción”, y usted mira hacia Dios quien es la opción más alta.
Un joven que tenía grandes problemas para aceptar su imagen propia y recibir el amor de Dios pensaba que el yugo que el Señor nos pide llevar era un trozo pesado de madera con un solo agujero para un solo cuello. Pero cuando le dijimos que el yugo tenía dos agujeros, uno para Jesús y el otro para él, su carga se hizo más liviana y fácil de llevar. Fue entonces que encontró descanso para su alma.
Ahora, resumiendo lo expuesto anteriormente, diremos lo siguiente:
1- La masturbación nos mantiene sexualmente activos en un nivel bajo que no satisface. No estamos felices cuando somos estimulados y tampoco nos sentimos completos sexualmente. Hace que busquemos alcanzar la plenitud del placer o pensar en alcanzar esa plenitud del placer que es contraria a la voluntad de Dios si es que no estamos casados.
2 – La masturbación mantiene nuestras mentes en fantasías lujuriosas. Esto puede afectar la forma en que miramos a los demás durante el día.
3 – La masturbación nos hace sentir sucios y culpables, por lo tanto impide acercarnos a Dios libremente.
4 – Masturbarse significa tener relaciones sexuales con uno mismo. Nos vamos encerrando en nosotros mismos a medida que nos convertimos en nuesto propio compañero o compañera sexual. El sexo fué creado para ser compartido con nuestra pareja y salir de nosotros mismos hacia el amor.
5 – En todo acto sexual hay un mensaje, ya sea de Dios o de Satanás. La masturbación da un falso mensaje: “yo me puedo satisfacer sexualmente a mí mismo”. O aún peor, el mensaje puede ser: “Será mejor que me conforme con esto pues es todo lo que puedo lograr”. Al pensar así, estamos diciéndonos que el Señor no suplirá nuestras necesidades, y esto definitivamente no es cierto.
6 – Si la masturbación se usa para aliviar tensiones, se vuelve un ídolo. Debemos ir a Dios con nuestros problemas y dejárselos a Él por que a Él sí le importa.
7 – Algunos llaman a este hábito “tomar el asunto un nuestras propias manos”. Y esto es exactamente lo que hacemos. No aprendemos a controlarnos ni ponemos nuestra confianza en Dios. No vamos a Dios con nuestras tensiones sino que nosotros nos hacemos cargo y como resultado fortalecemos la carne y no el espíritu.
8 – Existe un aspecto diabólico en la masturbación. Al ir aconsejando, hemos notado que cuando el padre es una figura ausente en el hogar o la familia no funciona en forma normal, muchos niños comienzan a masturbarse a edad muy temprana. Creemos que esto es un ataque de Satanás que también se da en los adultos y puede convertirse en una seria obsesión.
9 – La masturbación funciona como una anestesia que aplicamos a las emociones, a esas heridas y malos sentimientos, enojos, celos, odio, culpa, miedos, que hemos ido guardando a través de los años y que queremos mantener dormidos. Pero lo más saludable es sacar todo sentimiento pecaminoso, limpiarlo, curarlo por medio de la oración y así poder ser libres al fin.
EL CAMINO HACIA LA LIBERACIÓN
Quisieramos ahora delinear los pasos a seguir para alcanzar la liberación:
1- Arrepiéntete. Elije no pecar más. Decide definitivamente que masturbarse es malo. Hasta que no escojas así, no habra liberación.
2 – Consíguete alguien con quien orar para romper con la idolatría y atadura que existe en la masturbación. Ora para limpiar tus manos, tu mente, y órganos sexuales con la sangre de Cristo.
3 – Conságrate y anda en santidad ante el Señor; permite que El provea para todas tus necesidades.
4 – Recuerda que tener relaciones sexuales no es un derecho; el sexo es parte del matrimonio y sólo las parejas casadas han de unirse de esta manera. No hay nada de malo en estar soltero y no tener relaciones sexuales; así lo ordenó Dios. No es un castigo ni una carencia. Es una bendición el no tener sexo si usted está soltero. Es el estado perfecto para usted; es ordenado por Dios.
5 – Deshaste de cualquier cosa que tenga conección con la masturbación, ya sea manual o visual.
6 – La masturbación causa problemas en el matrimonio: nos impide depender mutuamente volviéndonos hacia nosotros mismos. Deja la masturbación aún si estás casado.
7 – Sé paciente contigo mismo si fracasas y no obtienes la victoria inmediatamente. Tampoco te condenes por que esto te llevará a darte por vencido y caer otra vez. Enojarte contigo mismo tampoco es la solución, ya que estarás confundiendo tus emociones, tus pensamientos y no podrás escuchar claramente la voz de Dios ni aplicar lo que has aprendido.
Claro que si te enojas con Dios, le estarás dando lugar a Satanás para separate y enajenarte de Él. Deberías tratarte como Él te trata: Dios nos señala el pecado y nos llama al arrepentimiento pero con compasión y misericordia. Satanás usa la ira, la culpa y la verguenza para que te sientas sin esperanza y así mantenerte lejos de Dios.
Porque después de todo, la fuerza motora de la masturbación viene de sentirse incapaz, fracasado y rechazado. Toma algún tiempo cambiar y dejar de reaccionar emocionalmente para responder racionalmente. Así que lo mejor es arrepentirnos y perdonarnos a nosotros mismos, animarnos en el Señor y seguir adelante.
Todos sabemos que tanto el arrepentimiento como la confesión son importantes para el cristiano pero quisiéramos hacer un comentario acerca de ambos. En 1 Juan 1:9, la Palabra nos dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” ¡Qué promesa tan maravillosa!: saber que al confesar nuestros pecados recibimos perdón y limpieza. Pero también es importante que nos perdonemos a nosotros mismos, porque Dios nos perdona, y creer que estamos limpios por que Él nos limpia.
Con respecto al arrepentimiento, muchas personas se confunden por que aún después de arrepentirse y cambiar su comportamiento caen una y otra vez. Creemos que la explicación se encuentra en Romanos 7, donde San Pablo habla de sí mismo y dice: “Por que no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se revela contra la ley de mi mente y que me lleva cautivo a la ley de pecado que está en mis miembros”. Así que aún después de haber decidido cambiar nuestro corazón y actitudes y dejar el pecado para hacer la voluntad de Dios, tenemos que luchar para sacar el pecado de la carne. Necesitamos estar alerta y ser diligentes, y el resultado será ciertamente paz y gozo. El esfuerzo bien vale la pena. El desarraigar las razones que causan el habito pecaminoso es muy eficaz.
8 – Satanás quiere usar la masturbación para alejarnos de Dios. Por lo tanto es importante que, mientras luchamos para ser liberados de esta práctica, no nos veamos lejos de Dios, avergonzados y desanimados sino que lo imaginemos vívidamente caminando a nuestro lado y fortaleciéndonos.
Podemos orar diciendo: “O Señor, tanto tú y yo queremos que yo sea libre. Te agradezco la fortaleza que me das para decir no y me uno a la victoria que ya has ganado sobre la carne”. Tito 2:11-14 nos dice: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bien aventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dió a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celosos de buenas obras”.
A manera de conclusión, déjame recordarte que las fantasías sexuales y la masturbación son ídolos levantados en lugar de Dios. El Señor quiere que vayamos a Él con nuestras necesidades, nuestra presiones, todos nuestros miedos y emociones, y dificultades para relacionarnos.
Decimos que como cristianos, es nuestra responsabilidad mantener nuestro cuerpo puro y bajo el control del Espíritu. Sí, es el plan de Dios. Él proveerá las fuerzas para hacerlo. De hecho, así lo vemos en las Escrituras. Gálatas 5:24 nos recuerda que debemos crucificar la carne. Romanos 6:11-12 nos dice que debemos presentar nuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Romanos 12:1 nos llama a ofrecer nuestro cuerpo en sacrificio vivo. 1 Corintios 6:19-20 nos llama a honrar a Dios con nuestros cuerpos.
Estos pasajes de las Escrituras nos están diciendo que debemos oponernos firmamente a los deseos de la carne si queremos alcanzar la victoria. Nuestros espíritus se fortalecerán, prosperarán y serán más sensibles a la voz de Dios.
La mayoria de nosotros, los que integramos el ministerio LIFE, hemos tenido que luchar con problemas de masturbación, fantasías, pornografía y homosexualidad. Sabemos bien que si damos un poco de entrada a la idea de que posiblemente esté bien practicar estas cosas, poco a poco estas nos dominarán. Es por eso que debemos mantenernos firmes.
Queremos animarte para que mantengas una actitud positiva y alegre al respecto y que sepas que tenemos un sumo sacerdote quien comprende nuestras debilidades pero nos llama claramente a caminar en santidad y justicia, a ejercer dominio propio sobre nuestros apetitos para que le sirvamos mejor y demos buen testimonio de Su Reino.
Fantasías Sexuales y Masturbación
by Ron and Joanne Highley