Lo Que Usted Debería Hacer Después de Pecar Sexualmente
Hemos escuchado a muchos de nuestros miembros decir que después de su primer encuentro homosexual, fueron a casa y tomaron una larga ducha, tratando de limpiarse la suciedad y la porquería de su pecado. Otros dicen después de largos periodos de pecar sexualmente, que no lo harán de nuevo y que quieren olvidarlo. Obviamente, el lavar el cuerpo, aunque necesario, no llega al lugar de culpabilidad y pecado, ni a la necesidad de ir a Dios para lidiar con nuestro pecado.
El olvidar, o el tratar de olvidar nuestro pecado empeora las cosas porque el pecado que no se ha tratado se acumula en nuestro estanque de pecados impíos, no confesados y emociones enterradas que a su vez se conectan con su deseo sexual, haciendo que usted desee más pecado sexual para tratar de cubrir el dolor y el trastorno mantenido en nuestro interior.
Estas son las cosas que usted debería hacer después de pecar sexualmente para tener paz con Dios. Confiese su pecado y rompa las conexiones de una sola carne (carnales) a través de la oración, lo cual debilitará el poder de la adicción, y pídale a un consejero o a un amigo de confianza que ore para limpiar y expulsar el poder demoníaco. Después de eso trabaje con las emociones para desarraigar antiguas reacciones impías al dolor. Entonces usted sabrá que usted ha sido perdonado y su rectitud ha sido restaurada, y podrá venir valientemente al Trono de Gracia (inmerecido favor de Dios) y encontrar ayuda en este momento de necesidad.
Para liberarse de la culpabilidad, debemos ser humildes ante Dios y confesar nuestro pecado. Primera San Juan 1: 9 trae un mensaje claro acerca de cómo ser perdonado y limpiado de toda falta de rectitud. “Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. ¡Qué oferta tan amable y misericordiosa para un pecador!
Cuando confesamos no debemos confesar lo que sentimos—Soy un perdedor, nunca seré libre, no tengo esperanza, sino simplemente confiese que ha pecado contra los mandamientos de Dios y reciba el perdón de Dios y siéntase limpio de toda falta de rectitud. Debemos creer esta verdad y recibir Su misericordia, Su gracia y Su fiel y justo perdón de nuestro pecado, al igual que la limpieza que El hace de nuestra falta de rectitud. Debemos decidir perdonarnos a nosotros mismos en oración. Si Dios nos perdona, ¿qué derecho tenemos a juzgarnos a nosotros mismos? Simplemente reciba Su amoroso perdón.
No trate de arrepentirse al momento de la confesión. El arrepentimiento involucra un cambio de la mente acerca del pecado de manera que estemos de acuerdo con Dios acerca del pecado, alejarnos completamente de él y verlo como lo ve Dios, corrupto y sucio. No podemos hacer esto hasta que hayamos roto las mentiras adictivas que nos llevaron a creer y a justificar nuestro pecado inicialmente.
Hasta que usted haya roto la respuesta impía al dolor y el uso del ídolo de la homosexualidad como algo bueno que le va a aliviar el dolor mejor que Dios lo haría, y que es más confiable que vivir una vida pura, no nos podemos arrepentir verdaderamente. Debemos romper y desarraigar la mentira de que la homosexualidad es la respuesta a nuestro dolor y que Dios es el problema por decir que esto está mal y deberíamos alejarnos de esto.
Confiese el pecado a un consejero, a un amigo de confianza o a un pastor. Haga que esta persona ore para romper la relación de una sola carne y/o las conexiones emocionales, y expulse el poder demoníaco que llegó a través de esta unión sexual impía.
Escriba lo que lo/la llevó a esta situación.Trate de recordar el estado emocional en que se encontraba antes del sexo y trate de conectarlo con experiencias pasadas que le hayan hecho justificar las relaciones homosexuales; o si usted fue molestado o víctima de incesto, porque se somete a prácticas sexuales similares, como si no tuviese otras posibilidades de elegir (falta de autoestima y sentimientos de valoración.)
Nunca diga, “Nunca haré esto de nuevo” y trate de olvidar. En lugar de esto, planee que va a hacer en el futuro cuando sienta la tentación. Sepa que es muy importante que usted se resista a estos pensamientos iniciales de pecar y los abandone. No se acerque a las personas que le atraen—no les hable. Húyale a la fornicación. Coloque un filtro en su computador y si continua tratando de atravesar el filtro, deshágase del computador. Es hora de resistir el pecado y purificarnos obedeciendo la verdad. (1 San Pedro 1:22) Entonces podremos amar sinceramente (No para conseguir lo que nuestros deseos diabólicos buscan) a nuestros hermanos y hermanas desde el fondo de nuestro corazón.
Busque las raíces del pecado. ¿Qué fue lo que más lo ha herido? El lugar del dolor es el lugar de la adicción. Trate de ver como el dolor distorsionó su visión de la vida, de Dios y de usted mismo. Puede haber envidia, ira, autocompasión, odio, auto castigo, desesperanza, y miedos justificados.
Debemos ver estas emociones pecaminosas e impías y comenzar el trabajo para alejarnos de ellas, pasar por el dolor de dejarlas salir y practicar respuestas piadosas. Entonces podremos limpiar la acumulación de pecados justificados e inconfesos que hemos mantenido dentro de nosotros debido al dolor. Es ahí que debe ir por la raíz principal que es nuestro caso contra Dios, porque hemos tenido que pasar por todo esto y sentirnos muy solos, heridos y enfadados.
No se conforme con la homosexualidad porque usted piensa que este es el único “amor” que tendrá. En la homosexualidad no hay amor. Es abuso sexual porque va en contra del concepto espiritual de Dios acerca de Su diseño para la sexualidad y conspira para mantener a la persona en la decepción, pensando que él o ella fueron creados así. Solo porque usted nunca haya tenido deseos heterosexuales no significa que usted no pueda tener respuestas normales y de Dios hacia el sexo opuesto.
Esa es la forma como usted fue creado(a), entonces empiece a estar de acuerdo con el diseño de Dios y planee para la unión sexual, aunque los sentimientos no estén presentes. Esos sentimientos están en usted, porque Dios lo/la creó para la unión heterosexual si usted está casado(a). Póngase de acuerdo con Dios y rompa las antiguas reacciones a Su plan para la sexualidad.
Hay una diferencia entre decepción y desaliento. Todos nosotros tendremos decepciones, son parte de la vida. Debemos aprender a tener decepciones y a crecer sobreponiéndonos a ellas. Pero dejar que se acumulen en nosotros de manera que nos desalentemos y no queramos tratar, es peligroso. Debemos continuar tratando y aprender a creer que Dios sí hace que las cosas funcionen para aquellos que Lo aman (Obedecen sus mandamientos) y son llamados(as) de acuerdo a Sus propósitos. Desarraigue antiguos sentimientos de desaliento y tenga esperanza en Él.
El pecado homosexual no le hace perder su salvación. Usted debe entender la verdad acerca de perder su salvación como se revela en Hebreos 6: 4-6.
Este pasaje hace que muchas personas en el pecado homosexual se den por vencidas, pensando que están perdidos y que han pasado el punto de arrepentimiento. “ Por que a los que una vez recibieron a luz, y saborearon el don de Dios, y tuvieron parte en el Espíritu Santo, y saborearon el buen mensaje de Dios y el poder del mundo venidero, si caen de nuevo ya no se les puede hacer volver a Dios porque ellos mismos están crucificando otra vez al hijo de Dios y exponiéndolo a la burla de todos”.
Permítanme compartir con ustedes lo que Adam Clark uno de los grandes comentaristas dijo acerca de este pasaje (1) “Yo no considero que estos versos hagan referencia a ninguna persona que profese el cristianismo. (2)Ellos no se re refieren ni son son aplicables a de ninguna clase de persona que se aparta del cristianismo 3) Estos versículos se refieren a los APOSTATAS del cristianismo: un apóstata es aquel que sabiendo algo sobre el Cristianismo lo rechaza de manera total y rechaza a su Autor, el Señor Jesús. (4)Y estos versículos son también para aquellos que se unen a los judíos blasfemos, que llaman a Cristo un impostor y le dan la razón a sus asesinos por haberlo crucificado como a un malhechor.
Debido a esto ellos hacen que la salvación sea como algo imposible de obtener, rechazando meticulosamente el propósito del Señor que los compró. Este pasaje no está dirigido a ningún hombre que crea en el Señor Jesús como el gran sacrificio por el pecado y que acepte el cristianismo como una revelación divina, aunque desafortunadamente se haya apartado en algún grado de la salvación de Dios.
Luego Adam Clark agrega en su comentario “Ellos muestran abiertamente que juzgan a Jesucristo merecedor de la muerte que sufrió y que fue un buen ejemplo público al haberlo crucificado. Esto es muestra de la apostasía final, por el total rechazo del evangelio y la blasfemia contra el Salvador de los hombres y es esto lo que el apóstol tiene en la mira cuando comparte estos versículos.”
La meta máxima de la confesión y la limpieza es el poder llegar al arrepentimiento completo, a darle la espalda completamente al pecado porque hemos reconocido que hemos cambiado la verdad de Dios por la mentira. La mentira es “este es quien soy. Soy homosexual y está bien”. La verdad es: “Dios creó a cada persona heterosexual y eso es lo que somos, aunque nuestras emociones disfuncionales y el deseo sexual nos miente y nos hace pensar y sentir lo que no somos si continuamos cometiendo el pecado; con cada acto reforzamos la mentira.
Usted debe alejarse de los lugares y personas que están de acuerdo o lo llevan a usted a este pecado. Sométase a Dios, resista al diablo y él huirá de usted. Acérquese a Dios y Él se acercará a usted. Límpiense las manos pecadoras y purifiquen sus corazones, ustedes personas de mente doble. Sean miserables, sufran y lloren (debido a su falta de lealtad). Hagan que su risa se torne en dolor y júbilo en llanto y dolor del corazón (debido a sus pecados). Sean humildes, sintiéndose insignificantes frente a la presencia de Dios y Él los exaltará. Él los elevará y hará su vida significativa.
Aunque la confesión, los regalos de Dios de limpieza y perdón, y la restauración son enormes muestras de amor y gracia de nuestro Padre Amoroso, que se hacen posibles debido la expiación de Jesús en la cruz; no debemos parar ahí, no debemos contentarnos sólo con el perdón de nuestros pecados y por habernos quitado el sentimiento de culpa. Tenemos que buscar la meta máxima del arrepentimiento de nuestros pecados. El arrepentimiento requiere que haya un cambio en el corazón y en la mente. Un corazón nuevo y una mente nueva que aman a Dios y obedecen su verdad.
En el momento antes de darle paso al pecado, puede haber un número de experiencias que van a tocar el dolor almacenado de la niñez; sentimientos tales como “he sido abandonado de nuevo. Estoy completamente sólo,” “los herí de nuevo con mi reacción y me odio por eso”, ó “estoy enojado y debo pasar por esto y ser parte de esta familia desbaratada”. Cuando estas tocan las emociones de la niñez así sea una o todas a la vez, el deseo de tener sexo para cubrir el dolor, es fuerte.
Pero no tan fuerte como para que no pueda resistir. Siempre se siente más fuerte de lo que realmente es. Él, que está en nosotros es mucho más grande que el que está en el mundo. Con frecuencia nos damos al pecado porque dejamos de creer en Dios y en su manera correcta. Obtuvimos una idea tergiversada de Dios cuando no entendimos que sus maneras no son las nuestras, pero Dios hace que todas las cosas funcionen para el bien de aquellos que lo aman y son llamados de acuerdo a sus propósitos. No se dé por vencido y no ceda. Párese con el Señor y Él peleará por usted. Dios lo bendiga y lo acompañe en la batalla y cuando obtenga victoria sobre el pecado.
Lo Que Usted Debería Hacer Después de Pecar Sexualmente
by Joanne Highley